El pasado jueves 27, sobre las 11 de la mañana, no caí al suelo de milagro. Pasaba por la calle Elche y los empleados de limpieza estaban regando la calle a esa hora y las dos aceras al mismo tiempo. Por suerte, dos señores me sujetaron y no me estampé contra el suelo, pero sí me dio un tirón en la espalda. Les dije que por qué regaban a esas horas y me respondieron que ellos eran unos mandados. Así es que, a quienes les mandan, les pido que cambien el horario para regar la calle Elche, a primera hora de la mañana, por ejemplo, cuando no sea tan transitada.
Paquita Durá