La exposición Cielos Nocturnos de Santa Pola, Vías Lácteas, Lunas y Circumpolares, que cuenta con instantáneas a cargo de Pepe Espinosa, Rafa González y José J. González, se inauguró el pasado 1 de febrero y tienen hasta hoy, viernes 23 de febrero para poder ver esta muestra en persona, aquí les mostramos en pequeño las imágenes que pueden ver con más detalle en nuestra página web.

En la inauguración, Rafa González realizó un pequeño recorrido a través del “trabajo de muchos años, la labor de muchas horas, de paciencia. Gracias al Ayuntamiento y la Asociación Garneros por la oportunidad”. Todas las instantáneas, salvo una, tienen una historia, una planificación detrás. Explicó que la fotografía nocturna ha experimentado una gran evolución técnica, “entre otras cosas, porque hoy en día contamos con aplicaciones en las que nos indican la salida de la luna. Lo bueno que hemos tenido es que nos hemos acompañado, y no sólo los tres, también Vicente, astrónomo, que nos ha ayudado con consejos”.

Arrancó la idea por la inquietud común entre los tres fotógrafos hacia la nocturna. “Era fácil sacar una Vía Láctea en el interior de España, pero no en nuestro pueblo, que cuenta con un cielo espectacular”. Los trabajos expuestos recogen diferentes épocas y horas, “desde las seis de la mañana a las diez de la noche. Afortunadamente, ningún ovni nos visitó, pero sí la Guardia Civil... porque al estar en la playa, por la noche, con lucecitas, la frase más repetida era: ¿qué hacéis vosotros aquí? Menos mal que con el móvil podíamos enseñar alguna foto”.

Coqueta Luna

En Santa Pola, es fácil conseguir buenas fotos de la Luna, “pero la Vía Láctea y la circumpolar ha sido más difícil conseguirla por la contaminación lumínica. Ha habido que tirar de conocimientos marineros para saber que, si sopla poniente, no hay humedad y el cielo se ve mejor. ¿Salía bien? No, porque o había alguna nube, o paraba el viento y el relente calaba el objetivo de vaho... y otro día más a venir. Algunas de las fotos se han intentado hasta cinco o seis veces”.

Hay fotos de la Luna en las que se puede ver el Faro con más y menos luz. Especialmente, una donde el Faro está iluminado tiene un gran significado para estos fotógrafos, “porque fue la primera, fruto de una casualidad. Queríamos hacer un amanecer en Vatasa con la Luna. Venía de Gran Alacant y contemplaba cómo se ponía poco a poco. Eran las seis de la mañana y la Luna recorría la Sierra. Al día siguiente fuimos y cogimos la foto. Que el faro esté iluminado ocurre sólo dos veces en todo el año, en el mes de junio. Se ve así porque, al mismo tiempo que se ve la Luna, sale el sol por el mar”.

Desgraciadamente, no hay ninguna del Faro con circumpolar, “sólo la conseguimos el mes pasado, pero no la hemos podido incluir”.

Una visita con José J. González

El Faro, el Toro de Osborne, la Torre Vigía son imágenes que muchas veces se han captado a través del móvil, pero estas imágenes se ven muy diferentes, desde una visión nocturna. Fotos hechas a las cuatro de la madrugada, “donde podemos reconocer el aljibe y la Vía Láctea”, explicó el fotógrafo José J. González, quien añadía que su diferencia radica “en que no hay nada de edición por ordenador. Es lo que sacamos con la cámara, a través de distintas técnicas”, como puede ser la superposición de hasta 200 imágenes para hacer el efecto estela de las estrellas sobre un punto fijo, que en este caso es el Toro de Osborne.

Para realizar las circumpolares, siempre hay que mirar el tiempo, aprovechar la oportunidad de un cielo nocturno despejado, “en la playa de Tamarit se han tomado instantáneas, alrededor de las once de la noche, con exposiciones de hasta veinte segundos, con todos los parámetros abiertos. De esta manera, evitas que la foto sea movida y salga correctamente iluminada”. La fotografía nocturna debe trabajar con variables y conceptos técnicos, “que permitan zonas enfocadas y las estrellas perfectas”. En este caso, sólo tenemos una imagen tomada durante veinte minutos.

En otras, se realiza una doble exposición, “planeando la toma y jugando con el primer y el segundo plano”. No son fotos, como se ha dicho anteriormente, espontáneas, “son planeadas. Sabíamos que la galaxia estaba ahí (frente al Mirador del Faro), por lo que posó durante veinte segundos para una foto y la gracia de la foto es que la figura está perfectamente alumbrada, con la galaxia de fondo”.

Otras veces sí que la casualidad ha jugado una buena pasada, “como cuando pasó el avión, con la foto planeada con la Luna y el puerto de Santa Pola”. Otras hay clásicas, como la que se captó con la Torre derruida y toda pintarrajeada.

Más de una hora y media han tenido que invertir, en cada una de las cinco sesiones, para poder capturar lunas ,estrellas, efectos, porque todo tiene que salir perfecto. Sólo poder contrastar perfectamente una imagen nocturna del cabo, “con la cantidad de contaminación lumínica que hay” es altamente complejo. “Nos ha costado mucho tiempo, leer tutoriales, pedir consejos a fotógrafos, yendo a talleres...”.

Confiesa José J. González que “técnicamente, si le das 25 segundos de exposición a la foto, la galaxia te sale, pero conseguir que tenga el tamaño adecuado es más complejo, “la galaxia en grande está hecha con un objetivo 16mm, las que salen más pequeñas, con uno de 50mm”:

El verano ha dado también grandes momentos de casualidad: “estoy con mi mujer en verano, en la playa, y acudo rápido al coche a por el equipo. Empezó a caer la luna, y salió la foto con el cabo de fondo”. Los antiguos edificios de Santa Pola, como los antiguos barracones, la barcaza salinera de La Gola también han servido como marco para sustentar una gran Vía Láctea.

La Luna Roja, la Luna del eclipse que hubo hace dos años, también puede contemplarse en la exposición, como la ermita, el búnquer circumpolar, “hechas más o menos entre las tres y cuatro de la mañana”. La Luna amaneciendo desde Vatasa, a las seis o seis y media de la mañana... “fotos todas ellas que han sido recogidas en su mayoría el año pasado. Alguna de hace dos años o, como las de la Torre, hace cuatro”.

Fotos, existen para hacer no una, sino varias muestras, “porque es el tipo que nos gusta. Digamos que la foto de día no nos gusta mucho. Disfrutamos cuando es de noche, en distintos lugares. La Luna, por ejemplo, sale enorme sobre el cabo de Santa Pola. Una imagen tirada con un objetivo 600... desde la playa de El Pinet”:

González considera que esta muestra vale la pena, “no porque lo hayamos hecho nosotros, sino porque es algo diferente”.