Si la semana pasada informábamos sobre la sección de Fotografía de la muestra Creativa 2013, sita en la Sala de Exposiciones del Castillo, y que se podrá disfrutar hasta final de mes, hoy es el turno de hacerlo con la sección de Cerámica (que, junto con la de pintura, conforman la exposición conjunta).
Mercedes Esplà, con una experiencia de 22 años a sus espaldas como profesora de la Casa de Cultura, es la encargada del Taller de Cerámica. Un taller que este año ha contado con la presencia de 60 alumnos, de edades comprendidas entre los 4 y los 80 años. “Todos ellos no han trabajado juntos a la vez. Hemos realizado distintos grupos acordes a su edad. infantil, juvenil, junior, un grupo para discapacitados y dos de senior o adultos, como se quiera”, aclara Esplà. La gente de más edad tiene una gran inclinación hacia la cerámica, de hecho, comenzaron 34 el curso, quedándose algunas personas fuera de cupo por falta de plazas. “Sobre todo, destaco el enorme poder de la creatividad presente en todas las edades. Hay niños de 4 años increíbles, pero también hay personas de 80 que te sorprenden a cada instante”, explica la profesora.

Dar vida a la luz

“Trabajamos de forma muy distinta para niños y adultos. Los niños utilizan plantillas, con todo muy preparado, más que nada está orientado a un aprendizaje creativo y divertido. Pero en el caso de los adultos se desarrolla más la creatividad y depende de la capacidad y la iniciativa que tenga cada uno”, afirmaba Mercedes Esplà. Este año, el leit motiv ha sido la luz, por lo que “toda la exposición juega con luces y sombras, todas las piezas buscan los efectos provocados, bien por iluminación propia, bien por iluminación externa”.
El tema no está exento de miga, puesto que trabajar con la luz es difícil, “aunque problemas no han tenido ninguno. Bueno, al principio les cuesta entrar en el juego, en la temática. Cuando tienen clara la idea del diseño y de la ejecución, todo es muy rápido”. Como profesora confiesa haberse sorprendido por algunas piezas bastante creativas, sobre todo porque trabajaban muy bien la temática.
Ideas que han cobrado vida a través de distintas técnicas cerámicas, “según tenían una idea, se estudiaba la técnica a realizar y se ejecutaba”. En cuanto a la iluminación interior, muchos alumnos han optado por bolas en su inicio, “las cuales han evolucionado a todo tipo de formas y objetos. Desde cilindros que se convierten en pueblos con ventanas, faros a edificios que se tuercen sobre sí mismos… hasta una luna. Se han hecho diversas cosas”.
Las piezas de la exposición, inicialmente, no están en venta, “puesto que no es la orientación de la muestra, ni mucho menos. Todo queda que, a nivel personal, cada uno haga lo que quiera. Nuestro objetivo es demostrar el resultado de un completo curso de ocho meses. Queremos que la gente vea lo que se puede hacer con la cerámica y, sobre todo, el nivel de talento del pueblo”.

Costes elevados

A pesar de que los cursos cuestan un dinero, están subvencionados por el Ayuntamiento, ya que “cuentan con mucho más adelantos que otros talleres de la provincia.. Está muy bien dotado, bien equipado, siempre se puede mejorar, pero hay dos hornos, dos tornos, una laminadora… más que nada, en otros lugares es todo manual, de hecho he llegado a dar cursos hace muchos años en los que no había ni agua. El coste actual no es, por tanto, ni mucho menos real, ni tan siquiera se acerca a lo que cuesta el curso”.
El artista, el alumno, cuenta durante el curso con los medios pero qué hace cuando termina. “Hay gente que repite, hay gente que no. Hay una chica que lleva más tiempo, incluso, que yo. Cuando yo entré ella ya había realizado dos cursos antes”. Reconoce Mercedes Esplà que, fuera del curso, “es difícil para una persona asumir el coste de comprar un horno o algunos de los medios de que se dispone en el taller”. Quería recodar que no hay reserva de matrícula, que está abierto a todo el mundo y que “cuando hay bajas, éstas se cubren con una lista de espera a la que se avisa de forma inmediata”. Lo cierto y verdad es que, cada año, hay más demanda de matriculación.
La cerámica está viviendo un resurgir, en opinión de Mercedes, “porque tiene un nosequé que te da la vida. Otorga relajación y, además, es una gran. No es el caso de los alumnos de la Casa de Cultura, donde habrá alguno”. Las posibilidades del mundo de la cerámica son muy amplias “y los alumnos no son conscientes de todo lo que se puede hacer dentro del mundo de la cerámica. Al principio lo ven imposible y lejano; otros lo ven demasiado sencillo en sus inicios y, posteriormente, se dan cuenta de las distintas técnicas y trabajos que requiere una sola pieza”.