Los Moros y Cristianos han mostrado más pronto que nunca este año sus ganas de batalla y con sus trabucos cargados de explosión festera simularon el día 31 por la noche, anticipándose al desembarco del día siguiente, la llegada de los Moros por mar a la ciudad para alzarse con la fortaleza.
Ya bien avanzada la una de la madrugada comenzaron a sonar los trabucos en el minucioso campamento preparado en la Playa de Levante. Es un acto innovador que pretende acercar aún más la fiesta al mar, dado el envidiable, para otras poblaciones, escenario natural que tenemos en Santa Pola para acoger con gran realismo los actos festeros.
Los Cristianos esperaban a los Moros, que estaban a la orilla, junto a una empalizada realizada con palos de madera hincados uno a uno durante toda la tarde anterior sobre la arena. Además recrearon la puerta de entrada del Castillo con dos torres defensivas traídas directamente desde Villajoyosa. Además, también se ha conseguido una catapulta que los festeros locales han restaurado y que ya es de su propiedad. La zona de lucha se delimitó con antorchas para que el público pudiera seguir sin perder detalle la incruenta lucha festiva.