Un año más la bajada de la Virgen de Loreto para cambiarle las joyas reúne a cientos de santapoleros y vecinos. Después de que el pasado verano no pudiera besarse la Virgen por la gripe A, este viernes 27 de agosto muchos han querido acercarse a besarla y hacer sus ofrendas y peticiones.
Además de los obsequios que le hicieron a la virgen el mismo día, como es habitual la patrona lucirá pocas joyas para no sobrecargarla entre las que nunca falta la pierna de oro que simboliza el milagro de la niña que estando en silla de ruedas se levantó cuando la Virgen pasó por debajo de su casa.
La emoción estuvo presente en cada uno de los devotos que pasaron por delante de la patrona ya que para aquellos que tienen fe en ella “es un día muy especial y una de las pocas veces que puedes ver a la Virgen de cerca”, según comenta Encarna una santapolera devota que quiso llevar a su sobrino de tres meses ante la Virgen de Loreto.
Una de las singularidades de este día es el número de recién nacidos que acude con sus padres para que sean bendecidos. Un ejemplo de ello es Mª José Pérez que quiso que la Virgen de Loreto fuera testigo del nacimiento de su hija de un mes. Guadalupe, una extremeña residente desde hace 34 años en Santa Pola, explica que todo los años se acerca a ver como bajan a la Virgen por el fervor que le tiene y porque le gusta acompañar a sus hijas y nietos. La concejala de fiestas, María Asunción Ruiz, explica que como santapolera y devota de la patrona “es una emoción muy grande tenerla tan cerca y poder besarla”.
Para las Camareras de la Virgen que trabajan y custodian durante todo el año a la patrona, “es una emoción muy grande tener a la Virgen tan cerca y ver la reacción de los devotos ante la patrona”. Las peticiones a la Virgen son de muy diversa índole y para ello y además de acercarse a ella, muchas personas hacen sus ofrendas. Antonio quiso regalarle a la patrona una medalla para agradecerle una promesa que había hecho por su mujer. También una mujer de Crevillente, muy devota a la Virgen de Loreto, ha donado la alfombra principal del altar y la del pasillo en agradecimiento por una enfermedad que ha superado.
Al igual que son muchas las personas que se acercan este día a la capilla a ofrendarla por su ayuda, también son muchos los que acuden a ella para pedir por algún familiar enfermo, por los estudios o por la necesidad de superar una situación crítica.
Uno de los recuerdos de la patrona son las cintas de 38,5 centímetros, medidas exactas de la Virgen, que cada año Vicenta Fuentes se encarga de vender a la entrada de la capilla. Este año se han vendido alrededor de 1.500 cintas. Según Vicenta, “son una tradición en el pueblo, todo santapolero tiene alguna”.
Se trata de un día emotivo para santapoleros y visitantes ya que la oportunidad de ver a la Virgen de cerca es un regalo para todos los fieles que ven en la imagen de la Virgen de Loreto una figura donde apoyarse.