Con tan sólo 38,5 centímetros de alto, la Mare de Deu de Loreto despierta grandes, enormes cantidades de emoción. A la salida de su capilla podían verse ojos y rostros embriagos por la emoción de jóvenes y mayores. Uno de los momentos que pusieron los pelos auténticamente como escarpias a los fieles fue cuando se entonó la canción ‘Milagrosa Virgen de Loreto’, de Manolo Garri, antiguo director y fundador del Coro los Romeros, quien también compuso la pieza. Hoy, como él se ve impedido, son sus familiares las que la cantan con los ojos llenos de lágrimas.
Al porqué de ese fervor quería contestar María Cristina Bonmatí, camarera de la Virgen de Loreto, al tiempo que atendía a fieles y limpiaba la imagen con un paño. “Mira, si he de ser sincera, además de por tradición, que la hay, también porque la Mare de Deu de Loreto es muy milagrosa. No hace grandes ni llamativos milagros, desde luego, pero sí pequeños y continuados. Antes de entrar al quirófano, los enfermos piden su ayuda, apoyo y protección; hay gente con quimios muy fuertes que acuden a ella y, confiesan, se sienten aliviados”.
Desde las doce del mediodía del miércoles 28 de agosto, hasta pasadas las dos de la tarde, cientos de fieles se acercaron a besarla. “Este año”, comentaba Antonia Martínez, presidenta de las Camareras, “el niño más joven que ha sido presentado a nuestra patrona tenía sólo quince días. Y, la persona más mayor, cerca de 98 años”. El relevo generacional, por tanto, está más que asegurado, hecho que también lo demuestra la tradicional venta de cintas. Ana Blasco, concejala de Fiestas y Servicios Sociales comentaba que “todos los años, compro unos 25 euros solamente en cintas, además de las que tengo encargadas. Y acabo dándolas todas y no sólo a gente de Santa Pola que no ha podido acercarse hoy por el Castillo, también a muchos de fuera”. Finalmente, se cambiaron las joyas a la patrona “para que todos los fieles que han donado piezas puedan sentir que la Patrona y el Niño las llevan”.