No es intención de esta nota entrar en ninguna discusión técnica sobre el uso de las banderas y los certificados de calidad, pues seguramente no es el lugar, pero sí quisiera transmitir una opinión sobre el tema, en base a mis modestos conocimientos y algo de experiencia en la gestión de la calidad.
Colocar banderas en nuestras playas es para publicitar el sistema de gestión que disponemos para con ellas y quien certifica dicho sistema de gestión. Un mismo sistema de gestión puede estar certificado y reconocido por diversos organismos y/o entidades especializadas, dando así confianza y seguridad a nuestros visitantes en el uso de este recurso natural y reclamo turístico.
Existen muchos Organismos de diferentes alcances (Internacional, Nacional, Autonómico y hasta en algún caso Provincial o Local) que en un momento dado han creído conveniente elaborar unas normas para obtener un concreto distintivo que garantice la calidad de la gestión del recurso y sus servicios, en términos de seguridad y salubridad, pero todos ellos parten de las mismas evidencias del mismo recurso o producto turístico, por ello el tener varios distintivos pudiera ser una duplicidad de información y de gasto, sin obtener ninguna ventaja competitiva para con cualquier otro producto o recurso de la competencia o grupo de alianza.
Sin entrar en polémicas, creo poder afirmar que en la actualidad existen dos Organismos no gubernamentales con la suficiente solvencia, histórico y reconocimiento público y privado que aseguran suficientemente que las playas tienen un alto nivel de calidad (gestión y servicios) y que garantizan a los visitantes su uso. Estos Organismos son por una parte la ISO (Organización Internacional Normalización) y la FEE (Fundación para la Educación Ambiental).
La gestión pública debe ser eficaz y eficiente y además en estos tiempos que vivimos austera y comedida y por ello no parece muy eficiente gastar dinero en obtener diferentes distintivos del mismo reconocimiento, además del consiguiente gasto de colocación y mantenimiento de dichos distintivos, su explicación a la población (para no crear confusiones de interpretaciones de banderas y logotipos) y gastar el dinero justo para asegurar tener un buen sistema de gestión y unos adecuados servicios en mejora continua que son avalados por los Organismos antes citados.
Santa Pola desde el año 2003 tiene certificadas (además de otros reconocimientos públicos) sus playas (urbanas y no urbanas) por AENOR bajo las Normas Internacionales ISO 9001 y 14001, y tiene el reconocimiento de Bandera Azul desde el año 1987 las principales playas urbanas del municipio.
Para terminar, decir que esta es mi opinión, no cuestiona otras distinciones y menos aun el criterio de obtener mas de una distinción para el mismo recurso, es solamente una forma de entender la gestión, su validación y la eficiencia del gasto, que nos debe llevar a invertir mas en mejoras al servicio del ciudadano que en gastos de reconocimientos.