Manolo, cuando un amigo nos abandona, no es fácil poder expresar lo que sentimos.
Qué decir de un festero como tú. Beduino desde los comienzos de la Comparsa, cuando un grupo de matrimonios con sus hijos formaron esta gran familia que hoy te despide. Miembro de la entrañable Filà Al-Algib, que año tras año hace posible el tronar del cañón de nuestra comparsa en los días de desembarco, conquista y reconquista.
Tu trayectoria en la comparsa te ha convertido en una persona especial. Nos has representado en cientos de actos. Quien recuerda una Elección de Sultanes, una Comida de Hermandad una Cena de la Comparsa, sin que “la voz del mediterráneo”, la voz de D. Manuel, nos recordara que los Beduinos somos una familia que como tal crece y con la que se puede contar en todo momento.
Destacar también tu perfil de “mediador” en tantas reuniones internas, en las que lograbas acercar posturas dispares entre filás de edades muy diferentes, haciéndonos entender que siempre hay un término medio. Tu trayectoria festera ha sido grandiosa: Autor de la adaptación del texto de las Embajadas Mora y Cristiana actuales, Sultán Beduino junto con tu hija Miriam en 1.998, Pregonero de las Fiestas Patronales 2008, Embajador Moro y Cristiano en multitud de ocasiones, en concreto el último embajador moro de los últimos dos años. Manolo, la muerte no llega con la vejez o con la enfermedad, sino con el olvido.
La gran familia Beduina no te olvidará nunca.
En cada petardo que suene en nuestro cañón estará tu presencia, en el vocear de la embajada tu legado y en cada acto de la comparsa tu voz.
Gracias por habernos dejado compartir la fiesta contigo.
Hasta siempre.