Para que los buenos amigos disfruten de estos reales pensamientos.
El otro día una persona joven me preguntó ¿qué se sentía al ser viejo?; me sorprendió mucho, ya que aunque he cumplido setenta años, no me considero viejo.
HACERSE VIEJO, HE DECIDIDO, ES UN REGALO
Yo soy ahora probablemente por primera vez en mi vida, la persona que siempre quise ser.
Algunas veces me desespero de mi cuerpo. . . las arrugas, las ojeras, las canas y la calvicie. . . y a menudo me sorprende la persona mayor que veo en mi espejo. Pero no me preocupo de esas cosas por mucho tiempo.
No cambiaría mi maravillosa familia, mis sorprendentes amigos, ni mi vida, por menos canas, más pelo y un cuerpo musculoso. Al hacerme mayor, me he vuelto amable conmigo y menos crítico de mí. Me he convertido en mi mejor amigo. No me regaño por comer ese dulce extra, o por no hacer la cama o por comprar eso que no necesitaba.
Estoy en mi derecho de haberme vuelto un poco desordenado, y extravagante.
He visto a muchos amigos y conocidos irse de este mundo muy pronto, antes de que entendieran la libertad que viene al hacerse mayor.
¿A quién le interesa si escojo leer o jugar en el ordenador hasta las dos de la mañana y luego dormir al día siguiente hasta que tenga ganas? Bailaré solo a esos maravillosos acordes de los años 50 y 60 o si deseo en ese momento llorar por algún ser querido perdido, ¡LO HARÉ!
Caminaré por la playa en vaqueros sin traje de baño, a pesar de las miradas de compasión de los que llevan tanga.
ELLOS TAMBIÉN SE HARÁN MAYORES (Si tienen suerte)
Sé que algunas veces soy olvidadizo. Pero me acuerdo de las cosas importantes.
A través de los años mi corazón se ha roto alguna vez ¿Cómo no puede romperse el corazón cuando pierdes a alguien querido, o cuando sufre un niño o cuando muere tu mascota?
Pero el corazón roto es lo que nos da la fuerza, entendimiento y compasión.
Soy vendito por haber vivido lo suficiente para perder el cabello y el que me queda se vuelva gris. Puedo decir “NO” y querer decirlo. Puedo decir “SI” y querer decirlo.
Cuando vas envejeciendo, es más fácil ser positivo. Te preocupas menos de lo que otras personas puedan pensar. Hasta me he ganado el derecho a estar equivocado.. .
Me gusta ser mayor, porque me ha dado ¡¡LIBERTAD!!
Me gusta ser la persona en la que me he convertido. No voy a vivir siempre pero mientras esté aquí, no perderé tiempo en lamentar de lo que pudo ser, o preocuparme de lo que será. Comeré dulces todos los días (si así lo deseo). He decidido amar sencillamente. Amar generosamente. Hablar amablemente y el resto dejárselo a Dios.
Queridos amigos: Disfruten sus años de vida y no sufran por haber perdido la juventud. Vivan y amen. Todo tiene un gran valor para Dios, y para mí también.
¡¡¡Sonríe cada mañana porque Dios se ha despertado antes que tú!!!