No vendría nada mal que se pusieran unas papeleras desde la Plaza de la Diputación (rotonda de la Guardia Civil, para que nos entendamos) hasta llegar a la Estación de Autobuses. No hay una, pero como si no hubiese nada. No hay un solo sitio para tirar un papel o un bote de refresco. Sólo queda una donde paraban antes los autobuses.
No es una cosa nueva, porque ya lo dijimos el año pasado. No han hecho ni caso.
Otra cosa tengo que decir, que es que la gente sigue echando veneno en las esquinas y los frontales de las casas para que no meen los perros. El último sitio, en una esquina de la calle Marqués de Molins. Esto repercute a las personas alérgicas, perros y niños. La Policía tiene que tomar cuenta y medidas y, si tiene que multar a quien lo ha puesto, que lo haga. Ya se advirtió a esta gente que no lo hiciera, pero da igual, siguen de nuevo.
También decir que tienen gran parte de las responsabilidad los dueños de los perros, que son quienes permiten que meen en las calles. Es molesto y deberían multarnos, pero no se puede tomar nadie la justicia por su mano y hacer lo que le de la gana.