Al llegar, su mimético color
recibo como soplo de alegría;
intento seguir su vuelo y el día
parece brillar más con su candor.
Observo sus trazos de fino albor,
sus ocelos y alas, que se diría
anuncian movimiento y poesía;
filigrana de sutil tricolor.
En Santa Pola es un flash de ilusión
su sobria belleza recién nacida
todos y cada verano en acción.
Ósculo de gris marrón, y enseguida
ni la veo ni sé su posición;
blanco es su festón de luna encendida.