Nuevo reto superado y, casi, alcanzó las pronosticadas ochenta vueltas (75) al circuito urbano que Rodrigo García Antón cubrió el pasado viernes, día 25, en el Castillo de Santa Bárbara (Alicante). En total, recorrió “muy pocos kilómetros, sólo 120”, dice un Antón para el que sus piernas han aguantado la friolera de 6.300 metros positivos, es decir, de desnivel.
El hecho de estar cerca de casa le sirvió para que algunos ciclistas de la villa marinera se sumasen al recorrido. Apunta Antón que “aunque no hablamos de distancias enormes y es asumible casi para cualquier persona que esté preparada, este tipo de retos me ayudan a prepararme para distancias mayores”. De hecho, adelantaba que el próximo 6 de mayo tiene planeado una nueva aventura en Ayora, “donde me enfrentaré a dos vueltas al circuito de la Marcha Cicloturista Ruta de los Castillos. En total, 330 kilómetros, de doce a dieciséis horas en la bici, también con un importante desnivel”.
Puntualiza este deportista de ultrafondo que “el entrenamiento, además de la voluntad, es la parte fundamental a la hora de abordar grandes distancias”. Pero, sobre todo, “es la cabeza la que ha de estar preparada para ello. Cualquiera puede conseguir fondo a base de estar muchas horas en la bici, de mantener una buena dieta y estar controlado médicamente. Pero, superar el sueño, la soledad, los momentos de bajón, roturas mecánicas y las adversidades climatológicas es otra historia”. Máxime cuando es uno solo el que se enfrenta a las millas, a una carretera que siempre da sorpresas.
Preguntado sobre si está dispuesto a trasladar su experiencia deportiva a un formato para compartir con otros ciclistas, adelanta que “algo tenemos en mente. No quiero escribir un libro, pero sí me gustaría transmitir a la gente mis sensaciones. Si puedo ayudar, aunque sea a uno, con lo que aprendido en propias carnes, me sentiré más que satisfecho”.