Hasta catorce subidas y bajadas de La Carrasqueta completó el santapolero Rodrigo García Antón en el nuevo reto de entrenamiento que se propuso el pasado fin de semana. Fueron 24 horas de subidas y bajadas a un puerto de aproximadamente once kilómetros con una media de 5% de desnivel. En total, 290 kilómetros en pendiente.
“La parte más complicada”, destacó Antón, “fue el luchar con un clima cambiante: niebla, lluvia por la noche y una mínima de seis grados de temperatura que, a ochenta kilómetros por hora en descenso, te da una sensación térmica de mucho, mucho frío”.
No rodó solo
La aventura arrancó pasadas las tres de la tarde del sábado, prologándose hasta la misma hora del domingo, “tiempo en el que, esta vez, no estuve rodando solo todo el rato. En la segunda subida me acompañó Álvaro Peris y de la doce a la catorce subieron conmigo dos grandes amigos: Vicente y ‘Pro’”.
Pero, ¿por qué afrontar un reto en vertical de estas características justo después de intentar la enormidad de Alemania-Barcelona? La respuesta es sencilla: “tenía que sacarme la espinita”. Recordemos en este punto que fue una rotura de cadena el que dejó en punto muerto una aventura para la que, en su final, estaban esperando varios medios en la Ciudad Condal. “En el Mont-Blanc, a doce kilómetros de Chamonix y justo cuando comenzaba la parte llana que, en poco más de 30 horas podría haber completado un grandísimo reto”.
Un deportista ha de saber adaptarse a las circunstancias y lidiar con la adversidad según viene, “por eso siempre se ha de estar preparado, nunca parado. Entrenamiento constante y una preparación psicológica y física que te permita aguantar despierto”. Del mismo modo, recuerda que, “toda vez que superas el tope físico, que ya tienes esa resistencia adquirida, que te conoces tus ritmos y límites, el 80% de este tipo de aventuras requiere de un gran componente psicológico, de una enorme preparación mental”.
Preguntado sobre cuáles son los retos personales que le depara su futuro inmediato, declara que “ahora mismo, quedaré un tiempo en el dique seco, pues tengo por delante una operación de muñeca, que se quedó bastante tocada tras el reto de Alicante-Toledo-Alicante, la pasada Semana Santa”. Espera que la recuperación total no se extienda durante más de tres meses, “por lo que dejaremos atrás el invierno y podremos enfocarnos en una nueva aventura” quizás de gran dimensión.