BALONMANO
 

Lara González, una guerrera ‘Made in Santa Pola’

 
Viernes 12 de agosto de 2016 0 comentarios
 

Lara González, santapolera jugadora de la selección española de balonmano, también llamado "Las Guerreras", se confiesa "excitada" ante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. De su grupo, ya han ganado a las "perras viejas" de Montenegro, por su dilatada experiencia; y a la anfitriona Brasil, aunque no pudieron con Noruega, actual campeona europea, excampeona del mundo y campeona olímpica. Hoy, viernes, "Las Guerreras" se enfrentan a Rumanía.

Rumanía recupera su mejor jugadora tras una lesión, lo que supone un plus de dificultad; y quedaría Angola, que "a priori, es el equipo más fácil". Sin embargo, para Lara González, lo más importate "es clasificarse", para lo que necesitan ganar dos partidos, dado que de las seis selecciones del grupo, se clasifican cuatro para la siguiente ronda. A partir de ahí, se dan los cruces con el resto de grupos, "más asequibles que el nuestro".

Lara anima a todos los ciudadanos a que vean los partidos de los juegos olímpicos y a que se acerquen a los pabellones para ver partidos de balonmano "porque seguro que les engancha".

Con motivación, sin presión
La santapolera Lara González llevaba 55 partidos con la selección española de balonmano antes de los juegos. Ante la posible presión de ser una jugadora olímpica, Lara González se muestra expectante: "He jugado con la selección pero nunca he sido olímpica. De mis compañeras, el 80% ya jugó en los juegos de Londres y me cuentan cómo es la Villa Olímpica, cómo son los partidos... por eso tengo muchas ganas de vivirlo directamente". Pero, como añade, "más que presión, es un extra de motivación, porque unas olimpiadas son la competición más importante de la carrera de un deportista".

Para llegar a ese punto culmen que suponen las olimpiadas, Lara González confía en la preparación que han recibido, a la que califica de "bastante buena. Hemos estado toda la temporada preparándonos y los resultados de los torneos previos han sido muy buenos". Por ello, no teme al contacto, ni a la agresividad de las jugadoras del resto de equipos rivales. Al contrario, acude a la unión de la selección española como equipo y como estratega y a la confianza en sus compañeras: "tengo muy buen feeling en el equipo y creo que podemos conseguir algo grande".

De Francia a Hungría
A sus 19 años, Lara González cogió sus maletas y se fue a jugar con la Liga Francesa, "una experiencia increíble con muy buena gente y donde pude aprender la lengua". Desde el año pasado, Lara reside en Hungría, "Un país distinto, con una mentalidad totalmente diferente y una lengua muy complicada", pero que no ha sido óbice para realizar su trabajo, pues algunas compañeras hablaban castellano o francés y el entrenador, danés, se comunicaba con ellas en inglés.

La vida en Hungría es totalmente independiente, "cada una de nosotras tiene su piso y su coche", igual que en Francia. Un día normal en la vida de Lara González se basa en entrenar y jugar, tres días a la semana entrenan mañana y tarde y los otros tres, sólo por la mañana; y los domingos suele ser libre. Pero su estancia en Hungría tiene sus ventajas, primeramente "porque hago lo que me gusta". En segundo lugar, porque "es un privilegio poder conocer otras culturas, ver otras formas de hacer las cosas, poder relacionarte...". Además, Lara saca lo positivo incluso de los campeonatos "sobre todo por poder jugar contra grandes equipos y viajar constantemente tanto dentro de Hungría como al extranjero: Rumanía, Dinamarca, Noruega...".

Todo ello, además, compatibilizado con sus estudios en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que realiza en la Universidad Miguel Hernández, donde viene a hacer los exámenes. Así que, además del entrenamiento, a Lara le da tiempo a estudiar y a salir con las compañeras del equipo a cenar o a comer "porque Hungría es muchísimo más barato".

Abocadas al exilio
En el mundo del balonmano femenino, España tiene un peso específico a nivel olímpico, sin embargo, internamente, en España existen pocos equipos en los que poder jugar. De ahí que jugadoras como Lara González hayan tenido que salir a otros países para hacer carrera profesional. "Ante la crisis, la poca estabilidad profesionale que los equipos dan a la jugadora y al ser el balonmano femenino un deporte minoritario, además de no poder mantener un nivel alto de juego muchas de nosotras nos hemos tenido que exiliar para poder vivir de este deporte", explica González.

"En España hay cantera y hay potencial, pero no se han hecho bien las cosas. Somos una seleción muy buena, con muchas medallas tanto olímpicas como en el resto de campeonatos europeos y mundiales, pero la liga ha bajado mucho desde hace diez años hasta hoy", añade González. Por ello, la jugadora se lamenta de no poder haber vivido en España lo que ha encontrado en el extranjero.

Otra de las causas atribuibles a esta caída en picado del balonmano tanto masculino como femenino es que "sólo se le presta atención al fútbol, al peinado de Messi o de Ramos" y a inyectar dinero en este deporte, "así que creo que estamos a años luz de conseguir igualdad con estos deportes y de que se llenen las gradas de los estadios de balonmano, cuando por contra, en Hungría, lo que se siente es pasión". En este país, "sacan alguna línea en los medios si hay alguna competición importante, y una noticia en el telediario si ganas una medalla, pero al día siguiente, se han olvidado", apostilla Lara González para reafirmar la idea de abondono en la que se encuentra el balonmano femenino.

Santa Pola, dos olímpicos
Para sus escasos 35.000 habitantes, Santa Pola tiene actualmente dos olímpicos: Lara González en balonmano e Iván Pastor en windsurf. Lara comenzó su andadura en balonmano en las instalaciones municipales con entrenadores y compañeras de los que guarda "muy buenos recuerdos". Sobre Polanens, González destaca su "buen trabajo" y confía en que se apoye a la cantera.

Sacrificio factible
Hablando de cantera y de los más pequeños, Lara González se muestra convencida de que el balonmano "aporta muchos valores, aprendes el trabajo en grupo, la humildad, el compañerismo... que muchas veces sólo puedes adquirir a través del deporte".

Lara González es un ejemplo para los niños y los jóvenes. Una muestra de cómo se puede estudiar, entrenar, tener una profesión, vivir fuera... "algo que sí que es cierto que conlleva mucho sacrificio desde pequeño. Es duro pero se puede llevar perfectamente y ayuda a que el niño y el joven sea más independiente, valore lo que cuesta tener las cosas y sea autónomo". Uno de los secretos de Lara para mantener ese sacrificio hasta sus ahora 23 años, es "disfrutar con lo que haces e ir a entrenar con la misma ilusión con la que me bajaba aquí al pabellón cuando era pequeña". Quizás por ello, en los partidos se le ve riendo y disfrutando.

Además de los intelectuales y los psicológicos, otro factor de sacrifico es el físico. Tras la lesión y rotura de ligamente en la rodilla derecha que tuvo en octubre y algunos problemas con sus mano izquierda, Lara González se encuentra en perfecta forma para afrontar las olimpiadas.

 

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