Con gran esmero, los integrantes de la Asociación Cultura de Vecinos de la Calle de la Cruz trabajaron durante semanas preparando los adornos para engalanar la céntrica y larga calle de nuestra localidad –es una pronunciada cuesta que sube desde el Castillo hasta el parque de la Cruz– para sus fiestas de la Cruz de Mayo. Así, este año han colocado unas 120 macetas con flores de corcho pintadas y también abanicos, mantones, mesas y otros útiles que cada vecino sacó a la calle para que luciera aún más bonita y también cintas de colores a lo largo de toda la calle. Este año cortaron la cinta inaugural, acompañados por el alcalde, Miguel Zaragoza, Manuela Amorós y Francisco Cervera, como el matrimonio mayor de la calle y también recibió un homenaje en su casa la vecina de más edad de la vía, María Tarí.
Aunque la lluvia deslució alguno de los actos programados, el sol volvió a salir y los vecinos pudieron disfrutar de estos tres días de hermandad. Así, unos cien niños se lo pasaron en grande con los juegos tradicionales como la carrera de sacos, el juego de la cuchara, el de la manzana o el de la silla. Y unos 120 vecinos de la calle, acompañados por el cura párroco, José Navarro, comieron en armonía el día 3 y disfrutaron de unas riquísimas paellas. La asociación de vecinos quiere agradecer la colaboración de los restaurantes El Faro, Batiste, Patilla, Polamar, Pizzería Playa, Los Curros, Chiringuito El Ancla, Panadería Such y Floristería Los Rosales.
Los actos concluyeron ya en la tarde del día 3 con la tradicional romería y la misa, que contó con la colaboración del grupo Los Romeros y que se celebró en el altar presidido por la cruz de flores que nunca puede faltar en una celebración como ésta.