El presidente de la Junta Mayor de Cofradías, Ramón Bonmatí, fue el encargado de presentar a la Pregonera de Semana Santa 2023, Pepa Blasco. Una “fácil labor”, en palabras del presidente, “porque no hay ningún vecino que no conozca a María Eugenia Blasco Mira, para los santapoleros, Pepa Blasco.
Pepa es profesora titular de universidad de Educación Física, doctorada en Pedagogía, con toda una vida dedicada al magisterio y a la Universidad de Alicante. “Al margen de todo, es una persona totalmente implicada en las tradiciones y cultura de su pueblo. Lleva más de 50 años participando en las Fiestas Patronales, con la comparsa Llaganyosos; madrina de la Unión Musical; integrada en el Coro de los Dolores, con los que está recuperando el Septenario y otras músicas religiosas locales; participa desde hace 25 años como mantilla con la Dolorosa y, además, es catequista en la parroquia... explicó Ramón Bonmatí.
Primeros pasos en la fe
Tras la peregrinación a Roma, su entendimiento de la fe Católica cambió para Pepa, siendo la razón por la que pregona la Semana Santa o, “lo que es lo mismo, la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo”.
Pero, justo antes de estos días señalados, viene la Cuaresma, “mi primer recuerdo (…) lo sitúo en mi infancia, cuando asistía al colegio de la Hermanas Carmelitas de nuestra localidad. Un buen día te decían en el colegio que ya estábamos en Cuaresma y como era viernes ya no se podía comer carne, algo que yo no entendía. En mi casa se guardaba la abstinencia por tanto, el potaje de garbanzos con espinacas y bacalao (muy bueno por cierto); o patatas hervidas y croquetas de bacalao; caldero, pescado frito…eran los platos habituales. Pero si no habías hecho la primera comunión, podías comer de todo. A las imágenes en la parroquia se las cubría con telas moradas”.
Ya en Salesianos Alicante, las visitas a la capilla de María Auxiliadora “se hacían más regulares, no sé si porque sentíamos la necesidad de meditar sobre algunos de los temas tratados en las charlas, o porque se acercaban los exámenes trimestrales y pedíamos que nos iluminara”. “Ya con 15 y 16 años, nos desplazábamos hasta la casa sacerdotal de Alicante, donde disponíamos de mayor recogimiento y continuábamos con lecturas, reflexiones y debates”.
Tres formas de entender
Con el correr de los años, su experiencia en la fe ha cambiado, del mismo modo que el entendimiento de la Semana Santa, de la que asegura tener tres vertientes en estos momentos. Una visión tradicional o religiosa: representada por aquellas personas que entienden y defienden la Semana Santa “como lo que es, la conmemoración anual de Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, viviendo en un clima de oración y recogimiento”. Otra tendencia la turística, y una tercera “que podríamos llamar mixta: que aunaría la primera con alguna intrusión en el panorama cultural, por lo que de arte tiene la imaginería religiosa que en estos días transitará por nuestras calles, que un poco de cultura nunca viene mal”.
Los inicios en Santa Pola
Profundizó en el origen de nuestra Semana Santa, según el cronista oficial de la misma, Oscar Baile, (2014) “habría que buscarlo en el Calvario y el rezo del Vía Crucis que llegó a nosotros por medio de los Hermanos Franciscanos Menores. Durante toda la Cuaresma se rezaba los miércoles y viernes”. En cuanto a las procesiones se refiere, y según el autor, podemos destacar tres etapas. La primera del siglo XVIII hasta 1936 en que solo existían las procesiones del Domingo de Ramos, Santo Entierro el Viernes Santo, el Domingo de Pascua, con el Santísimo bajo palio, y el día de San Vicente la llamada del “Combregat”. Tras la guerra civil se incorpora la procesión del Jueves Santo denominada del Silencio.
Posteriormente, la pregonera hizo un exhaustivo repaso a la historia artística y cultural de cada una de las tallas que se portan en la Semana Santa local. Un trabajo extenso y bien informado, que iluminó con curiosidades y anécdotas interesantes. En su caso, habló de su participación en la Semana Santa santapolera “que se inicia en 1989 en la cofradía de la Virgen Dolorosa, en cumplimiento de la promesa”.
Animó a toda la ciudadanía a vivir el momento “de forma exterior”, pero también a “preparar nuestro corazón, para que las vivencias de estos días, sean como el granito de mostaza, que aun siendo una semilla muy pequeña, al caer en buena tierra, ayudado por el agua y el sol hace crecer un gran árbol”.
Portador de Honor y Dama
Finalizada su intervención, Ramón Bonmatí fue el encargado de entregarle una placa conmemorativa, “en agradecimiento de la Junta Mayor de Cofradías y para que tengas el día presente en tu memoria”.
Como novedad para 2023, este año han comprado un Estandarte de Honor, que será llevado por el Portador. Por ser el primero de los años, se pensó en la figura de José Vicente Castelló Montesinos, por ser una persona muy vinculada con la Parroquia, con Cáritas, “además de una buenísima persona, que no sabe decir que no a nada. La Junta Mayor, segura de que lo vas a hacer muy bien, te entrega ya la placa”.
Por otro lado, todos los años, una vecina del municipio es la encargada de “quitar el luto” a la Virgen en el Domingo de Resurección y, este año, la encargada será Maru Pomares.
“Como sabemos que lo harás magníficamente bien, te entregamos una placa”, nombrándola Dama para Retirar el Luto a la Purísima.
Ana María Sempere, presidenta de la Verónica y miembro de la Junta Mayor de Cofradías, recibió la insignia “en nombre de la Junta Mayor, en agradecimiento a su colaboración” constante, explicó Bonmatí. Asunción Gómez Jiménez, miembro de la Junta Mayor y gran colaboradora, entregó un detalle a la pregonera, del mismo modo que el Coro de los Dolores, a través de María Asunción Pérez.
