EXPOSICIÓN
 

Bunkers para aprender e interactuar con la historia

 
Viernes 2 de diciembre de 2016 0 comentarios
 

El Museo del Mar inaugura diciembre con una exposición sobre los búnkers que abre sus puertas hoy, día 2 (19.30 horas, Museo del Mar). Se trata de un proyecto de investigación nacido y expuesto en la Universidad de Alicante, de cuyo museo sale por primera vez para llegar a Santa Pola, villa en la que estas construcciones de la guerra civil adquirieron gran importancia histórica.

Se trata de un proyecto de investigación llamado Arquitectura para la Defensa de la Costa Mediterránea, un proyecto dirigido por Andrés Martínez Medina, del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Alicante. Como comisarios de la exposición, es decir, como los responsables de adaptar la investigación a un lenguaje más llanoy a los espacios del Museo del Mar, han realizado una gran labor David Fontcuberta y Ana Wanderhofstadt.

Ingeniería visual
De hecho, para que el conocimiento surgido en la Universidad sea comprensible, esta exposición constará de “una parte museográfica tradicional con paneles, fotografías... y otra más tecnológica gracias a que los alumnos de Ingeniería Multimedia de 4º de carrera nos acercarán nuestro patrimonio de manera virtual”, explicaba la directora del Museo del Mar, María José Cerdá. No en vano, para que la difusión llegue a los más jóvenes, ya se han visitado los centros educativos de la localidad para animar a los jóvenes a que conozcan el patrimonio local a través de los Departamentos de Historia.

Investigación práctica
Andrés Martínez contaba que hace 30 años, tras terminar la carrera e investigar, le llamó la atención el gran número de búnkers que existían y realizó un artículo reflexionando sobre el asunto. Por tanto, se puede afirmar que el germen de esta exposición se remonta a hace tres décadas.

Martínez, experto en historia del siglo XX, explica que el búnker, como construcción se sitúa en la frontera entre ingeniería y arquitectura. Ante esta dicotomía, hace cinco años, cuando Martínez estaba al frente de una asignatura optativa, decidió que ésta versara sobre la intervención en el patrimonio y sobre la arquitectura del siglo XX y que el corte pedagógico fuera principalmente investigador con el fin de implicar al profesorado y al alumnado.

Así, se aventuraron a visitar “todo lo que quedara en pie y que tuviera que ver con la defensa costera desde Torrevieja hasta Denia”; una línea de defensa cuyo recorrido se remonta al siglo XVI y que estaba muy vinculada a dársenas, puertos... ante el temor a una invasión marítima.

Desde el punto de vista científico, había tres motivos para investigar este tipo de arquitectura, afirma Martínez. El primero de ellos es que “era un patrimonio real”. En segundo lugar, “al investigar, comprobamos que queda en pie mucho menos de lo que ha desaparecido, con lo que estamos ante una especie arquitectónica en vías de extinción”. Por último, porque “curiosamente, el búnker guarda mucha relación con la arquitectura moderna de la época y son las primeras construcciones con hormigón armado”. Y es que, como apuntaba Martínez, las guerras son el campo de pruebas que después proporciona muchos de los adelantos de la vida cotidiana. En este caso, la construcción con hormigón armado, en conflictos anteriores, el abrelatas, Internet o las RayBan.

Los búnkers de la costa estudiados copian prototipos de otros búnkers, aunque sí es cierto que mejoran los que se realizan a partir del año 1.900 al incorporar por primera vez el hormigón armado.

Según la documentación de la época, las baterías antiaéreas llegaron a entrar en activo ante los aviones italianos que llegaban de Mallorca y que bombardearon a las fuerzas republicanas de la costa Mediterránea. Sin embargo, las baterías santapoleras están inacabadas por las dificultades que presentaba el terreno. Además, hubo planes para realizar un aeródromo y se trajo armamento

Patrimonio para no olvidar
A nivel de patrimonio, “estamos al 50 por ciento, porque en la bahía de Santa Pola había unos once búnkers”, sostiene Martínez, “algunos están sin terminar y otros no están en perfecto estado, además de los que se han perdido”, añade. Lo que sí está en buen estado es la base antiaérea, una de las mayores de la Comunidad Valenciana. Con el fin de promocionar y dar a conocer este patrimonio moderno, Martínez aconseja la realización de rutas “como forma de no olvidar y de saber de dónde venimos”.

Experiencia en 3D
La comisaria de la exposición, Ana Wanderhofstadt, explica cómo llevaron a cabo el trabajo de traducción del lenguaje académico al del visitante de la exposición: “Teníamos dos retos: la gran cantidad de información acumulada a lo largo de tres años de investigación y que el visitante pudiera procesarla de una manera sencilla”. Para ello, se ha recurrido a la explicación de qué tipos de arquitectura militar existe, dónde están situadas a lo largo del Mediterráneo.

El tercer reto es el de lograr transmitir al visitante lo que sentían los que por aquella época utilizaban esta arquitectura defensiva. Y “ahí entran las nuevas tecnologías”. Así, de los tres tipo de arquitectura militar que aparecen en la exposición -barracones, baterías de costa y búnkeres- están representados en maquetas de realidad aumentada. Con ello se consigue que el visitante pueda ver estas construcciones de manera tridimensional y pueda “imaginar cómo podría ser estar dentro de ellas a través de la interacción con la maqueta”.

El comisario David Fontcuberta explica que en la exposición se ha implementado una serie de materiales “que no sólo son los tradicionales, sino también los interactivos”. Una interacción que se divide en dos vertientes: una más científica y técnica que explica los materiales, el tipo de construcción... y otra más experiencial a través de vídeos, como el que recrea un bombardeo de la Guerra Civil, y maquetas en tres dimensionales.

Llamamiento fotográfico
Otro atractivo de la exposición son las fotografías de época en las que “los búnkeres aparecen como meros elementos de fondo”, explicaba Martínez, a la vez que realizaba un llamamiento a quienes tengan fotos familiares en los búnkeres o donde éstos aparezcan para que las aporten como documentos gráficos a la investigación.

 

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