Jardinería, siguiendo la tónica de engalanar y embellecer cada rincón de la villa marinera, ha terminado recientemente un nuevo parterre. En este caso, la ubicación se haya en un punto no muy turístico, pero no por ello menos transitado, las espaldas del Centro de Salud, concretamente, junto a la entrada de Urgencias. Ahí, cinco operarios han estado trabajando a lo largo de tres días para poder crear una pequeña zona ajardinada que, cuanto menos, alegra la zona y ofrece una mejor imagen de Santa Pola.
Javier Baile, edil de Parques y Jardines, explicaba que “el coste no ha sido, ni mucho menos, elevado, puesto que hemos utilizado plantas recuperadas, como el olivo que hemos plantado y que, previamente, estaba en el vivero municipal”. Lo mismo ocurre con todas las plantas aromáticas, así como con las flores, “todos, desde los romeros hasta las lavandas proceden del vivero, con lo que el coste para el bolsillo del ciudadano ha sido ínfimo”.
Las traviesas que delimitan los parterres también proceden de actuaciones anteriores, por lo que tampoco han costado ningún dinero. Otras plantas, por ejemplo, proceden de los plantones que había situados junto a la puerta del Ayuntamiento, “eran bastante grandes y molestaban el paso, por lo que las hemos reutilizado”.
Esta filosofía del ahorro y el reciclaje se ve empañada en lo que, en un futuro, puede ser el mantenimiento de la zona. Un mantenimiento, a priori, no muy elevado, “pero que los dueños de los perros lo harán incrementar en una alta cuantía, si tenemos que venir a limpiar esta zona a diario. No llevaba esto ni un solo día plantado cuando, al venir a terminar algunos trabajos, los operarios de Jardinería informaron de que ya había excrementos caninos en los jardínes, así como claras evidencias de que habían escarbado y orinado”, declara Baile.
Por estos motivos, reclamaba Baile “civismo” a los propietarios de los perros, “puesto que los animales no tienen la culpa. Hace falta una conciencia por parte de todos en la necesidad de mantener las cosas lo mejor posible, no ya porque la imagen de Santa Pola se ve dañada con este tipo de comportamientos incívicos, sino porque el coste de personal que se tiene que destinar a la limpieza es caro. Si un jardinero está aquí quitando excrementos, no puede arreglar otras zonas, es lógico”.
Esta queja, que ya había sido planteada por muchos lectores a este medio, sirve para recordar que, en tiempos de crisis, es labor de todos los ciudadanos el intentar ser un poco más conscientes a la hora del uso de los espacios públicos.
