ENTREVISTA
 

Ramón Bonmatí anima a las nuevas generaciones a coger el relevo e implicarse en la Semana Santa

 
Jueves 18 de abril de 2019 0 comentarios
 

Ramón Bonmatí, presidente de la Junta Mayor de Cofradías, lleva implicado en la Semana Santa santapolera, “como mínimo, desde 1990”, desde aquella reunión que mantuvieron en la Sacristía, siendo invitado por la presidenta de la Cofradía del Cristo Yacente, su cofradía, Maruja Pomares. Un tiempo en el que, “por entonces, no existía la Junta Mayor”. Desde el año 2012, es presidente de la misma, y vicepresidente desde el momento de su fundación (1992). Confirma que vivir este tiempo de recogimiento y actos litúrgicos y culturales es “una gran responsabilidad, porque tienes que estar pendiente de todos los detalles. Al fin y al cabo, como presidente, si hay algún problema o sale mal es la Junta Mayor quien es responsable. De todos modos, para mí es un honor. Es gratificante, aunque supone mucho trabajo”.
Destaca de su Presidencia la participación popular “y las ganas con la que viven la Semana Santa todos los que la organizan”. Aunque entiende que hay que empezar a renovar, “porque la gente está harta, cansada de ver siempre las mismas caras, y hay que hacer elecciones tanto en la Junta Mayor como en las cofradías”. De once cofradías que tenía la villa marinera, dos se han dado de baja, cada una de ellas decide cuándo tener comicios internos. “En cuanto a la Junta Mayor, no podemos demorarlas más, porque deberíamos haberlo hecho en el 2016-17. Dos años de demora”.
Afirma que organizar y preparar la Semana Santa en Santa Pola no es difícil, “porque gracias a Dios siempre hemos tenido la colaboración del Ayuntamiento y nos han puesto siempre los medios materiales y personales necesarios”. Del mismo modo, “aunque se pretende siempre innovar, los recorridos y horarios tienden a ser siempre los mismos y no supone una gran dificultad. Siempre porque hay colaboración de Ayuntamiento y Parroquia. Sin embargo, me consta de municipios en los que el Consistorio está de espaldas y les cuesta mucho”.
Además de presidente de la Junta Mayor, Ramón Bonmatí es costalero del Cristo Yacente, “siendo la entrada y salida a la Iglesia del Yacente el momento más emotivo. Si me preguntas como presidente, cada procesión tiene su momento especial. Para mí, el Encuentro es uno de los momentos más esperados del año. También es único el Vía Crucis de la Cruz del Mar… cada día tiene su belleza”.
“Me encantaría poder conseguir que se declarara de Interés Turístico Local”, confiesa Bonmatí, “aspirar a más sería demasiado atrevimiento, porque el nivel de los pueblos que tenemos alrededor es muy alto. Como Junta Mayor, nosotros llevamos treinta años y, ellos, casi 400 algunos. Competir con eso es imposible. Ahora, es un reto, porque intentamos mejorar cada año”.

Aparte del cambio de recorrido de Nuestro Padre Jesús Nazareno, subiendo por la calle Muelle hasta el Castillo, donde se celebra el Santo Encuentro con la Verónica, ¿veremos algún que otro cambio más esta Semana Santa?
Además de este cambio de itinerario, se celebrará por segunda vez la procesión del Cristo de la Buena Muerte, que la hemos perfilado de otra manera, recortando la intervención de los coros. En cuanto a novedades, el Nazareno tiene un trono nuevo. Y en relación con la procesión del encuentro que se celebra el Domingo de Resurrección, a la Virgen de la Inmaculada saldrá cubierta con una mantilla negra hasta que llegue el momento del Encuentro en el que se descubrirá y se le quita el luto.

Uno de los objetivos de la Junta Mayor de Cofradías ha sido la implicación de los barrios en Semana Santa, ¿qué tenemos este año previsto para Gran Alacant, Playa Lisa o Santa Pola del Este? ¿Es difícil conseguir la implicación de estos barrios?
La verdad es que es muy complicado. Por la estructura que tiene el pueblo, es muy difícil que se celebre alguna procesión en Santa Pola del Este. Hay residentes habituales, pero la mayor parte son extranjeros y no se implican mucho en eso. Playa Lisa sí que tiene algún acto, como la pequeña Procesión de Las Palmas del Domingo de Ramos. Gran Alacant realiza un acto el Domingo de Ramos. Lo cierto es que no hay ningún miembro de la Junta Mayor que viva en esas zonas, que están un poco dejadas de la mano de Dios en ese sentido. Quizás habría que planear la posibilidad de hacer algo allí.

Se ha consolidado la procesión del Cristo de la Buena Muerte, háblenos un poco más de ella.
El Lunes Santo procesionaba San Juan de la Palma. Tras unos años, la cofradía se disolvió y dejó de haber procesión. Unos años después, para completar el Lunes Santo, tuvimos tres años de Procesión de la Convocatoria, que el primer año salió estupenda pero, poco a poco, se fue perdiendo el interés. El año pasado, para sustituirla, incluimos la del Cristo de la Buena Muerte, que ha tenido una acogida muy buena, por lo que esperamos que se consolide como una de las importantes de la Semana Santa de Santa Pola. Estamos procesionando a un Cristo muy querido, porque siempre ha estado en la capilla de la Virgen de Loreto.

Si no nos equivocamos, lamentablemente, algunos de los pasos que procesionaban años atrás ya no lo harán este año, ¿qué ha ocurrido para que esto sea así?
Esto es como la economía. Hay ciclos. Años donde hay mucha participación popular y la gente tiene muchas ganas y otros donde la gente se desilusiona, o pierde el interés. Mantener una cofradía viva y en la calle todos los años es muy difícil. O tienes personas comprometidas y empeñadas en que las cosan salga adelante, o los cofrades se van. Las dos que han desaparecido han sido por agotamiento propio del día a día: El Cristo de la Flagelación y la Cruz del Sudario.

Usted ha definido la Semana Santa santapolera como “modesta”, pero cargada de tradiciones locales y casi única en su carácter marinero, ¿qué podría recomendar a los múltiples visitantes que tendremos durante estos días para que se impliquen y disfruten de la misma?
Yo propondría que cojan de la mano a sus hijos, sobrinos o nietos y que les lleven a ver las procesiones, porque es algo que les queda en el recuerdo. Estoy seguro de que todos los que nos visitan han estado, de jóvenes, viendo las procesiones. Personas que no participan en la Semana Santa, ni tan siquiera activamente religiosos, me dicen que cuando oyen los tambores o ven una procesión a lo lejos, se acercan, porque en el recuerdo tienen cuando acompañaban a sus padres o sus abuelos. Es digno de ver y emotivo.
Además de Alicante o Valencia, Santa Pola también presenta su procesión de carácter marinero, que es el Vía Crucis de la Cruz del Mar (Miércoles Santo), con salida desde la Ermita del Carmen y parada en el mismo muelle, donde se hace una ofrenda y reza una oración por los marineros desaparecidos. De ahí, al Calvario y Parroquia.

Seguimos viendo a gente joven apuntándose para tocar el tambor, sobre todo, pero, ¿se implican los jóvenes en la organización de los distintos eventos programados, la gestión de la Junta de Cofradías o el día a día de estas últimas?
La gente joven va a tocar el tambor, que es lo les hace mucha ilusión. Cuando tienen más edad, algunos días lo dejan y pasan a ser costaleros o penitentes. Sin embargo, en el día a día de las cofradías, en el trabajo interno, algunos sí se implican, pero no muchos. Como en tantas otras cosas, solemos ser los mismos para casi todo. Pero, por lo menos, todo el mundo quiere tocar el tambor, una fiebre es, incluso. En su día se instauró la tamborrada del Domingo de Resurrección para que, cualquiera que tuviera un tambor en su casa, pudiera acudir. Yo esperaba llegar a que fuera una manifestación popular, donde participara mucha gente, pero llevamos muchos años y no ha cuajado.
Este año ha cambiado el responsable de tamborrada durante los últimos diez años, Manolo Oliver, y por ello le entregamos el día del Pregón una placa. El testigo lo ha recogido Jerónimo García, que viene con muchas ganas y ha hablado con todas las bandas para poder relanzarlo.

Y, a tenor de esta pregunta, ¿tenemos más o menos gente implicada (desde costaleros a penitentes) este año en la Semana Santa local?
Hay un poco menos que en años anteriores, pero están equilibrados. También, como en todas partes (de hecho, hasta ha salido en la televisión), se está teniendo problemas en encontrar costaleros. Una cofradía de Valladolid ha llegado a pedir voluntarios para poder sacar a hombros una talla del siglo XV, un Cristo, que será portado por gente de toda España, afortunadamente.

Así las cosas, ¿cómo ve el futuro de la Semana Santa en general y, de forma específica, en la villa?
Creo que no va a tener problemas, al menos aquí. Más allá de la mayor o menor participación. Pero porque siempre hemos tenido la colaboración de las instituciones. En otros sitios, dependiendo del color del Ayuntamiento, puede que sí lleguen a tenerlos.

Además del aspecto puramente estético y de componente social y familiar de las distintas cofradías, la Semana Santa tiene un fuerte componente de fe y recogimiento, ¿cómo se fusionan Parroquia y Junta de Cofradías para llevarlo a cabo?
La Semana Santa en Santa Pola sale a la calle porque hay personas que lo hacen con un carácter eminentemente religioso y lo mantienen. Otra gran mayoría participa para mantenerlo vivo más como acto cultural que como cosa religiosa.
Conviven la tradición y fe y sí que es cierto que las personas que lo hacen con este último matiz participan también en todos los actos religiosos que se estructuran en el Parroquia, y no solo en las procesiones. Pero no todos son así.

Otra de las labores que lleva a cabo la Junta Mayor de Cofradías es de carácter solidario, ¿este año, con qué organización han colaborado o tienen previsto colaborar?
Toda vez que finalizan estos días, realizamos un par de reuniones para evaluar y contrastar impresiones. Ahí vemos los resultados económicos y, en función de ellos, solemos hacer una donación. Normalmente, ese donativo ha ido a parar a manos de personas necesitadas de la localidad.

¿Las instituciones se implican en fomentar la Semana Santa? ¿Qué peticiones les realizaría?
Colaborar, colaboran, por supuesto. En cuanto al fomento, es más cosa de la Junta de Cofradías. Eso sí, hasta que llega a un determinado nivel como, por ejemplo, puede ser Orihuela, Alicante o Elche. Llegado ahí, siendo un polo más de atracción turística, las instituciones suelen promocionarlas y publicitarlas, procurando que tenga la máxima repercusión. En nuestro caso, bastante hacen con colaborar y hacer que sea posible. Recientemente, se ha hecho un estudio socio-económico de la repercusión de la Semana Santa, y mueve una cantidad importante.
Finalmente, queríamos animar no ya a las instituciones, sino a la ciudadanía, para que se implique, sobre todo a los jóvenes, que hace falta savia nueva y gente con ganas. Los mayores, por decirlo de alguna manera, nos vamos acomodando a lo que hacemos y es difícil que nos saquen de nuestra zona de confort. Con gente joven es más fácil realizar cosas distintas, que atraigan a más gente. No estaría de más que la comunidad extranjera se implicase, como ocurre en Torrevieja, que un trono es sacado por más de setenta personas, todas extranjeras.
De la misma manera, animo a cualquier colectivo que quiera, ha hacerse cargo de los dos tronos que no saldrán a procesionar este año: La Cruz del Sudario y el Cristo de la Flagelación, “falta el empuje de la gente que lo desee”.

 

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