Arcos y flechas. Son armas que este año Moros y Cristianos han sumado a la lucha en el acto del desembarco celebrado en el inmejorable marco de la playa de Levante.
La empalizada con dos torres y una puerta ya fue montada para la noche anterior, para el acto del campamento nocturno que tuvo el mismo escenario.
La lucha cobra en espectacularidad año tras año y se pueden ver auténticas escenas de cine. Al estruendo de los arcabuces y el cañón se suman la lucha de espadas o la algarabía de los niños del campamento cristiano, que tratan de huir para que no los capturen los moros.
Reseñable es también la participación de “aguerridas” mujeres guerreras –al menos tres– en ambos bandos, cargando de pólvora y disparando, como unas festeras más, sus ruidosos trabucos.
Colaboración
Los organizadores del desembarco piden más colaboración de los festeros en general el año próximo para así poder seguir desarrollando el acto y ensalzando la fiesta.