La directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, ha visitado este jueves, día 9, las intervenciones de rehabilitación de la Torre de Escaletes, un proyecto que forma parte de la orden de ayudas a la restauración y conservación del patrimonio cultural de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.
Amoraga ha acudido primero al Ayuntamiento, donde se ha reunido con la alcaldesa, Yolanda Seva, y más tarde se ha desplazado hasta la misma torre vigía medieval, acompañada por los ediles de Cultura, Anna Antón, y Urbanismo, Alejandro Escalada. Allí ha podido comprobar la marcha de las obras, ya que ha subido hasta la pase superior de la torre vigía. Al bajar ha afirmado que las obras “están muy adelantadas y estarán acabadas en tiempo y forma, antes del día 15 de noviembre”. Esta fecha es la marcada por la Conselleria de Cultura para poder criticar el fin de obra y así poder cobrar la subvención concedida.
El proyecto tiene un importe global de 60.000 euros, de los que el 65% los aporta la Generalitat con un montante de 38.840 euros y el 35% restante el Ayuntamiento de Santa Pola (21.160 euros). Con este presupuesto, se ha podido reparar el deterioro de la mampostería, que provoca el avance de la erosión de la piedra por las inclemencias meteorológicas, recuperar la parte del muro desplomado que remata la torre y la mejorar cubierta para evitar las filtraciones de agua de lluvia al interior. También se han limpiado los muros de pintadas y grafitis.
La Torre Escaletes o Torre Pep, levantada el siglo XV, forma parte del catálogo de enclaves patrimoniales que recorren a costa alicantina. Tenía como misión la vigilancia de este sector marítimo, presentando especial atención a cualquier embarcación que pudiera ocultarse en la cercana isla de Tabarca. En caso de avistamiento de barcos enemigos, cruzaba señales con la torre Atalayola.
Esta torre era una pieza fundamental de dicho dispositivo por su posición elevada sobre la zona del cabo de Santa Pola. Tiene una planta circular en su base de 10 metros de diámetro y 5 metros en la cubierta. Su altura total es de 11,80 metros y consta de 2 plantas comunicadas por una escalera interior que da acceso a la cubierta mediante una trampilla.
Estas torres medievales se mantuvieron más de 200 años por la amenaza turca y magrebí y posteriormente por las amenazas de las flotas inglesa y francesa como muestra el ataque que esta última realizó sobre la ciudad de Alicante en 1691.