La Caravana de Bebés Robados llegó el sábado por la tarde a Santa Pola. Partieron de la calle Muelle, y encabezados por la agrupación motera Milton de Elche, unas 80 personas con pancartas y fotos llegaron hasta la Glorieta donde leyeron un manifiesto.
Esta caravana, que partió por la mañana de Madrid, iba dirigida a hijos y familias adoptivas. Santa Pola “es una localidad con gran número de adoptados, por eso decidimos hacer una parada aquí”, afirmaba la presidenta de la Asociación de Víctimas de Bebés Robados de Alicante, María José Picó.
“Lo que se pretendía era sensibilizar a la ciudadanía, darnos a conocer y sobretodo hacer un llamamiento a los adoptados”, aseguraba.
Con este acto de alguna forma “se pretende decir que os necesitamos, tanto a los hijos como a las familias adoptivas, para encontrar a nuestra familia pero también quizás te podamos ayudar a encontrar la tuya. Y a los padres adoptivos decirles, que de alguna manera lo que sucedió es producto de un momento histórico, donde se hicieron muchas irregularidades, pero que ahora lo pueden reparar”, según Nuria Gregori, una de las afectadas asistentes al acto.
Que necesiten encontrar a su familia de origen “no quiere decir que no quieran a sus padres adoptivos. Eso es lo que hay que hacerles entender. Que aunque necesiten encontrar sus orígenes no significa que no les quieran y necesitan de su ayuda para encontrarlos”, comentaba Gregori. Añadía que muchos hijos adoptados están silenciados por el miedo a no encontrar nada y por no hacer daño a sus padres adoptivos.
José Andrés Sempere, un afectado de Santa Pola, afirmaba que “hacemos este acto para que hijos adoptados salgan a la calle y se unan a las asociaciones para manifestarnos y luchar por lo nuestro”.
Hay gente que “está bien con sus familias adoptivas y por miedo a hacer daño a sus padres no buscan sus orígenes. Hay que decirles que ellos no tienen culpa de nada, que tus padres adoptivos seguirán siendo tus padres”, recalcaba el santapolero.
Sempere lleva desde 2002 buscando a su madre biológica, pero carece de datos sobre ella, “todo son trabas y mentiras, pero seguiré investigando”.
En el manifiesto recordaron que todos los casos ocurrieron en hospitales públicos durante la dictadura, la transición e, incluso, en democracia. Por lo tanto, consideran al Estado responsable subsidiario de estas desapariciones forzadas de bebés, lo que constituye un crimen de la humanidad, que no prescriben, que pidan perdón a las víctimas y que ofrezcan ayuda para encontrarlos.
Pidieron a la justicia que “empiecen a cumplir sus obligaciones porque es un deber del estado. Tiene que ayudar a que se produzcan esos encuentros y que se investiguen los casos para llegar a encontrar a nuestros seres queridos”.
También exigen que se permita el acceso a la documentación sobre partos y defunciones del estado español y de la Conferencia Episcopal Española, que les permita conocer la verdad.
Picó destacaba que en la asociación alicantina cuenta con 120 personas asociadas y se han presentado medio centenar de denuncias sobre bebés robados de las cuales el 98% han sido archivadas.
El acto concluyó con una actuación de danza y una suelta de globos blancos.