IGLESIA
 

Fe cristiana en Costa de Marfil frente a luces y regalos en España

 
Jueves 24 de diciembre de 2015 0 comentarios
 

Benjamín Tiecoura lleva más de 30 años difundiendo la palabra de Dios. Seminarista en Navarra, se ordenó en Costa de Marfil en 1989 y ha dedicado gran parte de su vida a ese país. Resalta la diferencia de concepto de Navidad: “Aquí muchos lo toman como una fiesta cultural y económica, cuando es religiosa. Allí la Navidad no son luces, sino que la organizan las comunidades”.
Una muestra de ello es que nadie decora sus casas con Belenes, el único está en la Iglesia. Tiecoura ironiza con humor para resaltar que la Iglesia y los ciudadanos deben tomar las riendas en Navidad: “me da igual que el Ayuntamiento ponga o no un Belén municipal, primero debe estar en la Iglesia porque la parroquia es el lugar aglutinador de la comunidad cristiana”. El Belén en la parroquia es sólo un símbolo más de la capitalidad que supone el “dar más potencia comunitaria”.
“En los pueblos de mi país no se habla de regalos, se va a la Iglesia y se comparten esos momentos en familia”, explica Tiecoura, ante la dicotomía entre fe y publicidad comercial. En épocas en las que la palabra “compartir” adquiere un protagonismo significativo, Tiecoura explica que “la gente aquí comparte, quizás no tanto como un compromiso religioso, sino como una obligación de solidaridad”.

Vivir la fe
En Costa de Marfil se vive más la fe, pese a los abismos entre ciudades y pueblos. Desde su experiencia de 26 años en Costa de Marfil, casi en la frontera con Libera, recuerda la pobreza de la zona debido a las guerras que ha sufrido desde los años 80. Tiecoura administraba la fe en varios pueblos y destaca cómo los vecinos se desplazaban, generalmente andando desde sus localidades a otra, para compartir juntos la celebración de la Eucaristía, disfrutar del Belén y de una cena en la que cada uno aportaba lo que podía.
Côte d’Ivoire es una zona dividida entre musulmanes, evangélicos y animistas. “Los cristianos allí somos una minoría, pero activa”. Sin embargo, existe comunicación entre las comunidades religiosas, “dentro de las mismas familias puede haber un padre musulmán con un hijo católico y un sobrino animista”. No hay, por tanto, rivalidad ni afán de dominación de una religión sobre otra, pero sí es cierto que desde el año 2000 los intereses políticos y económicos empezaron a “manipular a las religiones”.
La Iglesia católica es un gran baluarte para el progreso y el bienestar de los costamarfileños. De hecho, fue esta institución la que “construyó las primeras escuelas e institutos y realizó la primera asistencia médica, por lo que si no hubiera sido por la Iglesia yo no hubiera ido al colegio”.

Tres dimensiones
Para Tiecoura La Iglesia tiene tres dimensiones que no se pueden separar. La primera de ellas es “la evangelización, la buena noticia del Evangelio de que Dios nos ama, de que todos somos hijos de Dios y de que es manifestación del cariño, del amor, de la humanidad”. Sin embargo, “aquí se politiza todo y se centran en los errores que la Iglesia ha cometido. Pero la Iglesia no es eso”.
El segundo aspecto es el testimonio de la caridad. Se sorprende cuando escucha “yo no creo en la Iglesia pero creo en Cáritas. Pero es que Cáritas es la Iglesia. Cáritas es el Ministerio de Asuntos Sociales de la Iglesia”. El tercer pilar del catolicismo es el sacramental. Si cualquiera de estos tres faltara, “no estaríamos hablando de la Iglesia”.
Ya centrados en Santa Pola, la parroquia vive intensamente estas “fechas tan importantes”. Ya han acabado las cuatro semanas de Adviento, “que es el tiempo de esperanza y preparación para acoger a nuestro Salvador”. El día 24 comienza “la segunda fase” con la Nochebuena a través de la tradicional Misa del Gallo a las 24.00 horas. Al día siguiente, Santa Pola se tiñe de misas. El 25, en la parroquia a las 9, a las 11, a las 12.30 y a las 19.30 de la tarde, así como las de Gran Alacant y Playa Lisa.
De cara al año próximo, la agenda se mantiene. Antes de Reyes se recordará “la importancia de la familia, porque el hijo de Dios quiso nacer en una familia para traer su bendición, su paz, su humanidad...”, así que la Iglesia reconocerá la importancia de la familia sobre todo en tiempos de crisis “porque no se puede ser cristiano sin ir al encuentro de la familia y de la comunidad”. En esta España “que ahora es plural y democrática, los sacerdotes cristianos debemos actuar sobre nuestras comunidades. Debemos ser conscientes de que ya no somos una mayoría. Por eso debemos ser minorías dinámicas”.
Católico, resalta, quiere decir universal. “Hay gente que dice ser católica, pero es racista o xenófoba, pues entonces no es católica. Lo de los colores es una ideología. No hay razas” insiste.

 

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