Los santapoleros han terminado con tortícolis estas fiestas de tanto mirar al cielo. Pero no sólo ellos, también los pirotécnicos que, salvo el día 1, han tenido que hacer cábalas, llamadas de teléfono y hasta contactar con pitonisos para ver si el cielo lanzaba o no lanzaba agua. Por culpa del líquido elemento tuvo que suspenderse el Correfocs, con la consiguiente pérdida de emoción. Por este motivo, se adelantó tanto la bomba y potente mascletá de la Penya el Tro (pasadas las 01.20 horas, estando programada a las 01.30 horas), así como la potente mascletá del día 8 (13.16 horas, cuando estaba prevista a las 13.30 horas). En la Penya se escuchó fuego, pero se vivió con lluvia y, en el caso de la del día 8, a las 13.40 ya caían cubos.